El futuro del teletrabajo y el trabajo híbrido

En el mundo laboral posterior a la pandemia, algunos trabajadores han vuelto al lugar de trabajo a jornada completa, pero muchos otros están optando por el trabajo híbrido, que implica, por lo general, trabajar desde casa u otro lugar varias veces a la semana y a distintas horas del día. Para ayudar a los responsables políticos a garantizar unas condiciones adecuadas para el teletrabajo y el trabajo híbrido, Eurofound ha desarrollado varios escenarios sobre el futuro del teletrabajo y el trabajo híbrido, que ilustran distintas implicaciones para la calidad del trabajo y las prácticas organizativas.

Aunque el teletrabajo y el trabajo híbrido siguen evolucionando, las nuevas investigaciones sugieren que su desarrollo equitativo aporta mejores resultados en términos de calidad del empleo y prácticas organizativas. Por lo tanto, será fundamental que los interlocutores sociales y los responsables políticos tengan en cuenta cuestiones como garantizar la equidad en el lugar de trabajo, revisar las prácticas organizativas y permitir la autonomía, desarrollar las capacidades de los directivos, racionalizar los acuerdos normativos, garantizar la calidad del empleo en situaciones de teletrabajo o trabajo híbrido y escuchar la voz de los trabajadores a la hora de diseñar un futuro esperanzador para el teletrabajo y el trabajo híbrido.

Sin una planificación cuidadosa, los cambios en las modalidades de trabajo pueden alterar la dinámica del lugar de trabajo y acentuar los desequilibrios entre hombres y mujeres. Esto pone de relieve la importancia de apoyar a las organizaciones en la implantación del teletrabajo y de modalidades de trabajo híbridas en una serie de ámbitos, como reexaminar las prácticas de evaluación de riesgos para la salud y la seguridad en relación con los riesgos psicosociales, crear una cultura de confianza en las organizaciones y prestar atención a las tecnologías avanzadas que pueden afectar a la gestión remota de tareas en el futuro.

Al objeto de garantizar que los superiores jerárquicos estén bien equipados para gestionar el trabajo híbrido, se exigirá a las organizaciones que inviertan en formación. Las estrategias de formación eficaces requerirán directrices sobre temas como la comunicación, la equidad y la inclusión, así como recomendaciones sobre, por ejemplo, la eficiencia operativa y la promoción del compromiso de los empleados en entornos híbridos.

Será una prioridad para los responsables políticos a escala nacional considerar las formas más adecuadas de establecer normas mínimas para el teletrabajo y el trabajo híbrido, por ejemplo, en ámbitos como el derecho a la desconexión, los costes del equipo, la comunicación, los costes energéticos, la salud y la seguridad, la salud mental y la igualdad de trato de los teletrabajadores y las personas que trabajan únicamente en las instalaciones del empresario. Los interlocutores sociales tienen un papel fundamental que desempeñar en la configuración de estas normas. A escala de la UE, también serán importantes la supervisión y la cuestión del teletrabajo y el trabajo híbrido transfronterizos, en particular las implicaciones fiscales y para la seguridad social.