Fomentar el uso de las capacitación para un rendimiento empresarial sostenido: Conclusiones de la Encuesta Europea de Empresas

Para garantizar que las iniciativas políticas orientadas a aumentar la base de capacitación de la mano de obra tengan el máximo impacto, las empresas deben velar por que las nuevas capacidades de los empleados se utilicen de manera óptima. A falta de políticas específicamente orientadas a la aplicación práctica de las capacidades, no se materializarán los beneficios generados por el aumento de la capacitación.

El Año Europeo de las Competencias 2023 representa una oportunidad importante para centrarse en las políticas orientadas a estimular el uso de las capacidades dentro de las organizaciones, y no solo en las políticas destinadas a reforzar la base de capacitación de la mano de obra. Es esencial que la política a escala de la UE siga impulsando una mejor utilización de los recursos humanos en organizaciones capaz de impulsar el desempeño de las empresas y de reforzar la resiliencia frente a las crisis, como la reciente pandemia.

Nuevos resultados vienen a resaltar la importancia de crear un entorno de trabajo que resulte motivador para los empleados y de los vínculos cruciales entre las prácticas de gestión y el uso de las capacidades en los lugares de trabajo. Existe una sensibilización y un reconocimiento cada vez mayores del papel que juega la dirección en la creación de las condiciones adecuadas para que los empleados hagan uso de sus capacidades y, de este modo, mejoren la eficiencia, el carácter innovador y la adaptabilidad de las empresas.

Los enfoques de gestión centrados en las personas que aprovechan el bienestar en el lugar de trabajo son fundamentales para obtener el mejor uso posible del capital humano, así como para lograr unos resultados empresariales más satisfactorios. Esta conclusión es válida en diferentes países, sectores y organizaciones de diferentes tamaños: la promoción del bienestar en el lugar de trabajo no solo es beneficiosa para los empleados, sino que también constituye un factor importante a la hora de lograr que las competencias de los empleados se traduzcan en un rendimiento empresarial positivo. Los responsables políticos y los interlocutores sociales juegan un papel fundamental a la hora de animar al personal directivo para que adopte un enfoque centrado en las personas y cree las condiciones para que así sea.

Las políticas con una perspectiva de futuro son fundamentales para garantizar que la próxima generación de directivos, líderes y empresarios comprendan la importancia de una cultura y unas prácticas de gestión centradas en las personas capaces de crear oportunidades para que los empleados desarrollen y utilicen sus capacidades. Las universidades y las escuelas de gestión y de negocios pueden contribuir a ello mediante la plena integración de estos aspectos en las enseñanzas que imparten.